Este vino procede de las uvas de un único viñedo, Finca La Navilla, situado a una altitud de 844 metros sobre el nivel del mar. El especial microclima que se da, con grandes diferencias de temperaturas entre el día y la noche, es fundamental para conseguir un vino fresco y equilibrado.
Este vino posee un color rojo picota muy intenso, profundo, casi opaco, muy vivo y resulta atractiva su abundante lágrima teñida. Aromas de gran complejidad, fruta, ahumados y especiados con un equilibrio entre la madera y la fruta brillantemente conseguidas. Sus
notas tostadas y un fondo de mineralidad, le confiere una originalidad en esta fase olfativa, de gran intensiad y elegancia. En boca presenta una excelente estructura, muy carnoso, denso, concentrado, con un tanino noble, envolvente y sin aristas, de gran calidad.
Picota granate bien cubierto. De notable intensidad, aromas de fruta madura, cedro, tabaco de pipa, finos cueros, hojarasca, grafito, cacao en polvo, pimienta negra y bosque umbrío. Elegante, amplío, complejo, vivo, sensaciones de ciruela negra madura, fresas silvestres, maderas aromáticas, sándalo, balsámico, paloduz, monte bajo, hojas secas, ceniza de puro… Largo y aromática vía retronasal llena de matices.
